pret-a-porter 2Durante toda mi trayectoria como diseñadora he estado inmersa en la vorágine del prêt-à-porter, ready to wear o, en castellano, “listo para usar”. Cada paso de la industria de la moda me fascina, y en estos momentos, en los que colaboro con la marca de alta costura catalana Tot-hom –en exportación– estoy constatando en vivo y en directo, las diferencias que existen entre la Alta Costura y el tema de hoy, el prêt-à-porter.

Cuando la alta costura estaba en su apogeo con el new look, los grandes diseñadores eran Christian Dior, Balmain, Balenciaga (en un próximo post os hablaré de mi visita a su increíble museo en Guetaria) y desde luego Coco Chanel.

Pierre Cardin (que era italiano aunque afrancesó su nombre), pensó en una línea futurista, pero, también pensó que no bastaba con que la moda fuera futurista, sino que había que hacerla práctica para que la gente pudiera tener acceso a ella. Quería hacer lo que ningún otro diseñador había hecho hasta ese momento: democratizar la moda, sacar la ropa de las pasarelas a las calles.

Esa fue la pesadilla de muchos diseñadores de alta costura de la época, porque hacer moda con diferentes tallas era algo nunca visto antes, por lo tanto mal visto. Lo que se consideraba como moda era la Haute Couture: piezas hechas a mano, a medida, por encargo y únicas. Mientras que con el prêt-à-porter, Cardin proponía una moda más accesible y para más tipos de mujeres.

Tras la guerra, Estados Unidos lideró el boom de la ropa prêt-à-porter. Las prendas confeccionadas en serie eran, modernas y asequibles y, se convirtieron en la opción más generalizada durante la segunda mitad del siglo XX. La moda y el estilo ya no eran de uso exclusivo de los ricos.

pret-a-porterDurante los años veinte, la combinación de la ropa sencilla, los tejidos más económicos y los cierres como la cremallera, más prácticos, contribuyeron al boom de la producción en serie.

La Gran Depresión (años 30) estimuló la demanda de ropa más barata. Ésta se fabricaba utilizando los nuevos métodos de producción, overlockers, máquinas de coser especiales y de cortar eléctricas cuando, recordemos que hasta entonces el proceso de corte era manual y, por tanto, más lento.

El estilo de moda informal americano empezó a influir en la moda europea. Los que la acogieron con mayor entusiasmo fueron los adolescentes de los años cincuenta. Podían vestirse con prendas nuevas, modernas y tener todos, la misma imagen.

En los años sesenta, y hasta hoy, las casas de alta costura empezaron a lanzar sus propias líneas de prêt-à-porter, pero con la etiqueta del diseñador.

Tanto en el prêt-à-porter como en la alta costura hay grandes dosis de diseño (en algunas marcas más que en otras), aunque, os aseguro que es una gozada ver cómo se trabaja en el taller de Tot-hom. Cómo se reúnen, los equipos de diseño, patronaje y costura para verificar cada prenda y analizar, comprobar, probar y retocar las piezas una a una hasta el mínimo detalle, una vez han aprobado el patrón, tejido y bordado, todo hecho en Barcelona o, como dicen ellas, en casa.

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