En esta época en la que el mundo parece que se ha hecho pequeño, importar está cada vez más al alcance de pequeñas y medianas empresas.
En mi caso, colaboro como trader desde hace cinco años con proveedores asiáticos que en su momento fueron proveedores de mi empresa. Y a fecha de hoy hemos conseguido tener un circuito que, si bien no es tranquilo porque las producciones nunca lo son, fluye con naturalidad.
A veces, no decidimos producir fuera de nuestro país solo por el precio. Considerando que cada país tiene una o varias especializaciones, si queremos ampliar nuestra oferta de producto una buena forma de hacerlo es buscando el proveedor que nos puede desarrollar ese producto, esté en el país que esté.
¿Y cómo lo hacemos?
La primera decisión que deberemos tomar es en función de nuestro presupuesto. Si disponemos de presupuesto suficiente podemos viajar al país en el que queremos producir.
Si no podemos viajar al país productor, en París, Estambul, Shanghai y en NY se celebra dos veces al año la feria Texworld. Esta feria aúna fabricantes textiles de todo tipo de producto, procedentes de todas partes del mundo. Desde China, por supuesto, hasta las Islas Mauricio.
Una vez hayas escogido al proveedor, aquí van algunas claves para importar tanto si es diseñado por ti como si compras producto directamente:
- Planifica: los tiempos son distintos cuando la producción está lejos de casa. Es importante hacer un calendario de producción. ¿Cómo? Fija la fecha en la que necesitas el producto en tu almacén. Y cuenta hacia atrás en función de los tiempos de producción que te dé tu proveedor. Así sabrás cuándo tienes que empezar a enviarle la información para que él empiece a trabajar.
- Asume que habrá errores: por más que lo organices todo a la perfección, la comunicación se hace en un idioma que no es el tuyo y piensa siempre que, aunque tú tengas clarísimo y creas que es facilísimo lo que estás pidiendo, el receptor de tu mensaje no tiene ni idea de lo que tienes en mente. Por tanto, intenta que tus mensajes sean escuetos y muy claros…y lo más gráficos posible.
Es recomendable también adjudicar un porcentaje de pérdidas por fallos de producción.
- Blíndate asegurando tus peticiones: asegúrate que tu proveedor entiende qué necesitas, cuáles son tus estándares de calidad, tus tiempos, cómo funciona tu empresa y la importancia que tiene cumplir los plazos. Nunca des nada por supuesto. Pregunta e incide hasta que responda.
- Negocia, dialoga: es importante que estés abierto en todo momento a negociar y a dialogar.
Tu proveedor tiene otros clientes y tú no eres su prioridad. Quizás con el tiempo sí, pero no al inicio. Por tanto, te recomiendo que le trates casi como a un socio. Los dos estáis en el mismo barco y a él le interesa tanto como a ti que tu producción sea un éxito porque, si es así, él sabe que le vas a pedir más producciones.
Y sobre todo, olvida la palabra miedo.
Como me decía el otro día una clienta, el mundo es de los valientes 🙂