Coco Chanel, con un jersey negro y diez tiras de perlas, revolucionó el mundo de la moda.
Este fue uno de los cambios importantes que aportó la gran creadora a la moda, y estamos hablando del año 1916.
Chanel empezó vendiendo jerséis de estilo masculino para mujeres, adaptando los de hombre.
Abrió su primera tienda en Deauville, en el norte de Francia, antes de que estallara la primera guerra mundial. Y fue en esa tienda donde empezó a vender jerséis. Incluso a veces, personalizaba prendas de los armarios de sus amantes (aunque esto podría ser una leyenda).
Con el jersey, Chanel ofreció a las mujeres comodidad, elegancia y el placer de poder vestir, por fin, con ropa sencilla.
Cuando acabó la guerra, esta prenda se convirtió en una de las piezas de más éxito de la imagen de los años veinte. El look sería este: jersey ceñido, cárdigan de punto y falda sencilla.
Fue hacia 1930 cuando los jerséis se empezaron a llevar como ropa de noche con detalles como bordados joya.
Más adelante, en los años 50 actrices de cine como Lana Turner, Sofía Loren o Jane Russell convirtieron esta prenda en popular. Estos jerséis marcaban el pecho si además se llevaban con push-up o relleno.
Según dicen, Mary Quant, en los años 60 – creadora de la mini falda – se puso un jersey de talla 8 por diversión y puso de moda el jersey cortito y muy ajustado.
El jersey no ha sustituido al blazer pero nos ofrece la posibilidad de vestir con simplicidad, elegancia y comodidad.
Chanel dijo: “la simplicidad es algo muy delicado, que no debe confundirse con la pobreza. Yo tuve la suerte de comprender que el lujo es inseparable de la simplicidad”.
Una vez más, Chanel acertó al crear el concepto de prenda que iba a convertirse en uno de los básicos en el armario de cualquier mujer.